Hoy, hace 56 años, fallecía una señora de Ituren (Navarra). Cuando iban a enterrarla en el panteón familiar encontraron dentro dos cadáveres desnudos, atados con unas cuerdas y ambos con un balazo en la cabeza. Los habían ocultado allí meses antes.
Estuve cubriendo la información y publiqué que podía tratarse de Ben Barka, líder opositor marroquí, y de su secretaria, secuestrados ambos en París y desaparecidos misteriosamente. Una orden de la Jefatura del Estado prohibió que se escribiera una sola línea más al respecto.
Un misterioso caso que ha permanecido en silencio durante décadas en nuestro país, mientras que en Francia continúa en los tribunales. Los huesos fueron trasladados al Juzgado de Pamplona y posteriormente a uno de Barcelona, donde se pierde su pista para siempre.
En nuestro país no hubo interés, a nivel gubernativo, de que se investigara el doble asesinato, dado que, al parecer, detrás había intereses de Marruecos, Francis, Israel y EE. UU. En el vecino país se rodaron un par de películas, de tipo documental y con gran éxito, sobre el tema: “L’attentat”, de Yves Boisset, con adaptación y diálogos del exministro Jorge Semprún, en l972, y “J’ai vu tuer Ben Barka” (titulada en España “El asunto Ben Barka”), en 2005. En ambas queda claramente manifiesta la implicación del Gobierno galo para apoyar la maniobra de la monarquía aluita.
Hay quienes aseguran que el crimen perfecto existe. Es el que cometen los estados. Lamentablemente, el paso del tiempo, lejos de arrojar luz sobre el lúgubre descubrimiento en un mausoleo, lo ha relegado al olvido. El enigma continúa sin desvelarse.
Se comenta que la no continuidad de “El Caso. Crónica de sucesos”, tras la exitosa primera temporada de la serie en TVE hace seis años, se debió en parte al capítulo titulado “Operación Ituren”. Hacía claras referencias a la implicación francomarroquí y también de EE.UU. Como ocurrió exactamente medio siglo antes, la autoridad gubernativa decidió que se silenciara el tema.